JAQUE MATE A LAS PYMES - David Gómez Rosa artículo para La Voz de Galicia.
Jaque mate es como se denomina a la jugada que da fin al juego del ajedrez. El Gobierno de España, con el último Real Decreto Ley 10/2020, de 29 de marzo, asesta un jaque mate, o dicho de otro modo, da la puntilla a la parte más castigada de la sociedad, económicamente hablando, las pymes que no pudieron acogerse a los ERTEs por causa de fuerza mayor.
Tras dos semanas en las que las empresas españolas han digerido, de forma pesada, toda la normativa legal publicada por el Boletín Oficial del Estado, relativa a los diferentes Reales Decretos que regulan la Declaración del Estado de Alarma y las medidas económicas adoptadas para paliar la crisis del COVID-19, el Gobierno decreta una tregua de 15 días acuciado por la evolución de la pandemia, desde el punto de vista sanitario, y por la avalancha de ERTEs presentados por las empresas, desde el punto de vista económico. Se trata de restringir, aún más, la circulación de personas que pueden hacer crecer el número de contagios, poniendo en peligro la capacidad operativa de nuestro sistema sanitario, mediante el endurecimiento de medidas de confinamiento y la obligación de cierre de actividades que no sean esenciales.
Es muy interesante destacar que el coste de los llamados “permisos retribuidos recuperables”, de carácter obligatorio, será absorbido íntegramente por las empresas, que deberán abonar a los trabajadores la totalidad del sueldo y asumir los costes de seguros sociales, independientemente de que dichas empresas no dispongan de ingresos, ya que no pueden realizar su actividad. Es una vuelta de tuerca más a todas esas empresas de sectores que quedaron fuera de las actividades obligadas al cierre por el imperativo legal de la Declaración del Estado de Alarma.
Después de quince días de verse obligadas a continuar con una actividad en la que no tienen prácticamente ingresos, por la paralización económica que supone el confinamiento -véanse ópticas, floristerías o papelerías-, vuelven a recibir, como un jarro de agua fría, la noticia de que el Estado les obliga, ahora sí, a cerrar durante quince días, pero esta vez teniendo que asumir el pago de todos los costes de personal y sin recibir ayuda alguna. Mucho me temo que esto va a dejar más cadáveres en la cuneta y que un gran número de empresas no van tener que preocuparse por cómo le devuelven sus trabajadores las horas de este “permiso retribuido recuperable” porque, probablemente, no exista empresa para cuando salgan del periodo de confinamiento o en los meses posteriores.
Más que nunca, hay que ser ágiles en la toma de decisiones. Si la semana pasada fue crucial para la presentación de ERTEs, esta semana es muy importante para estudiar la situación financiera de cada empresa y solicitar las líneas de créditos ICO y avales que el Estado pone a su disposición, para que consigan el oxígeno suficiente que les permita afrontar la situación de crisis de la mejor manera posible y les otorgue la capacidad financiera necesaria para afrontar la difícil recuperación que se prevé. Más aún, tras el Real Decreto Ley 9/2020, de 28 de marzo, con el que se prohíben los despidos amparados en causas derivadas del COVID-19, la suspensión de contratos temporales durante la situación de ERTE y la amenaza, por parte del Estado, de la revisión de todos los ERTEs presentados, con la consecuente reclamación de cantidades e imposición de sanciones en aquellos en los que se detecten irregularidades, presuponiendo, de forma demoledora la actuación dolosa del empresario.
David Gómez Rosa - VIVEIRO ASESORES -